Con la voz de los pájaros comienza la mañana
Mas qué voz aquella que no habla
De qué manera el tiempo no se compromete
al abandonarse entre un fragmento y otro de sí mismo
La voz espacia ese silencio
marcando ritmos que ni en el oído se demoran
Tanto al azar, tanto a la tormenta:
escucharse uno mismo. Una misma
detrás y a través de la trama de una vibración difusa:
la voz más interna y tan o tan poco conocida
*Extracto de un texto homónimo más extenso, publicado el 14 de junio de 2009 en este blog.
Tuesday, January 19, 2010
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